La antigua civilización azteca ha capturado la imaginación y la intriga de millones de personas en todo el mundo. En un momento, estuvieron entre los humanos más avanzados del planeta, liderando el camino en los campos de la ciencia y la medicina.
Templo de la Serpiente Emplumada: algunos de los detalles en el exterior de la pirámide
Construyeron grandes ciudades para cientos de miles de personas, creando sistemas de riego complejos que no se habían visto en cientos de años. Pero, a principios del siglo XVI, después de que los invasores españoles llegaran a las costas de América Central, la otrora gran civilización cayó de rodillas y se perdió para siempre.
Desde entonces, la antigua ciudad de Teotihuacan ha sido excavada y estudiada por arqueólogos, muchos de los cuales viajaron desde los EE. UU. y alrededor del mundo para aprender cómo vivieron y gobernaron los aztecas.
Un descubrimiento sorprendente realizado debajo de la pirámide más grande de la ciudad, la Pirámide del Sol, fue explorado durante el breve documental de Discovery, ‘Artefactos impactantes y restos humanos encontrados en la pirámide de 2000 años’.
Aquí, los arqueólogos desenterraron un túnel en el lecho rocoso, creyendo al principio que se trataba de una cueva natural. Sin embargo, en una investigación más profunda, se encontraron con una cámara excavada y, más allá, con los restos de 17 muros gruesos hechos por el hombre, construidos para bloquear el acceso al túnel.
Al final del túnel, encuentran una elaborada cámara tallada en forma de trébol. Ahora, el túnel yace vacío, probablemente despojado de su contenido por ladrones a lo largo de los siglos.
Pero, el descubrimiento debajo de la pirámide del Sol fue solo el comienzo: en 2003, se descubrió un túnel debajo de la pirámide de la Serpiente Emplumada. Luego, en 2017, el arqueólogo mexicano Sergio Gómez descubrió otro túnel secreto debajo de la pirámide de la Serpiente Emplumada.
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Túnel antiguo: el arqueólogo Sergio Gómez descubrió un nuevo túnel intacto debajo de la pirámide
Este túnel parecía no haber sido tocado por los ladrones ya que Sergio y su equipo descubrieron más de 100.000 objetos diferentes.
Dijo: “Objetos extraordinarios, algunos de ellos nunca antes vistos en ninguna exploración arqueológica mexicana”.
Sin tocar durante 1.800 años, los objetos fueron encontrados exactamente donde habían sido colocados por primera vez como ofrendas rituales a los dioses. Algunas de las piezas desenterradas incluyeron dientes de cocodrilo de piedra verde, cristales en forma de ojos y esculturas de jaguares listos para saltar.
Artefactos antiguos: el equipo encontró más de 100,000 objetos diferentes en el túnel
Restos humanos: se encontró una cámara llena de restos humanos dispuestos en un patrón ‘simbólico’
Por encima del intrincado sistema de túneles, en el corazón de la pirámide, las excavaciones revelaron un secreto más oscuro: los restos de innumerables humanos. El antropólogo Saburo Sugiyama examinó la miríada de huesos desenterrados de la antigua ciudad de Teotihuacan.
Él dijo: “Los huesos humanos nos dicen muchas cosas: macho, hembra, cuántos años tenían cuando murieron, cómo vivieron, cómo murieron”.
Él cree que los huesos encontrados pueden ser evidencia de un espantoso sacrificio humano, y la mayor pista proviene de la forma en que se encontraron los huesos. Los arqueólogos tropezaron con ellos mientras excavaban un túnel en el interior del cuerpo de la pirámide.
Dentro de la pirámide de la Serpiente Emplumada, en su centro, hay un “secreto oscuro”: 20 esqueletos, casi completamente intactos, cuidadosamente dispuestos en lo que parece un “patrón simbólico”.
No estaban solos, ya que, en total, se encontraron más de 260 cuerpos construidos en la estructura y los cimientos del edificio.
El narrador señaló: “La pirámide es una fosa común”.
Huesos humanos: solo uno de varios huesos encontrados en el sitio
Los muertos, y la forma en que fueron asesinados, ahora pueden brindar pistas cruciales sobre la civilización y cómo vivían.
Estos se sumarán a los hallazgos ya de gran alcance realizados en Teotihuacan, incluida la existencia de una cancha de juego cerca de la plaza, donde los residentes habrían jugado el equivalente mesoamericano del ráquetbol.
Y, en otra pirámide, se han descubierto copiosos restos de sacrificios de animales, incluidos lobos, serpientes de cascabel, águilas reales y pumas.